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¿De tapitas en el centro de la capital hispalense? El restaurante Perro Viejo en Sevilla es una opción

En esta ocasión le tocó el turno a PERRO VIEJO, ubicado en la Calle Arguijo número 3 de Sevilla.

Nuestra reserva era a las 2 de la tarde y la camarera nos indicó que teníamos un par de horas para comer, hasta que llegasen los próximos comensales.

Ubicados en el primer piso de este bar-restaurante que aloja a foráneos y lugareños, nos pusimos manos a la obra y exploramos una carta que fusiona la cocina mediterránea con la asiática.

Todo se nos antojaba, pero elegimos platillos que nos llamaron a ambos la atención y así, poder compartirlos. Armando se pidió una clásica Cruzcampo y yo, amante del vino, un rivera.

Comenzamos con un plato de pollo teriyaqui que estaba delicioso y que, gracias a su salsa con cierto toque picante, hizo que nuestro primer bocado fuese inmejorable. Continuamos con un clásico de la cocina española: las croquetas de puchero. También estaban ricas, aunque le faltaban un pelín de sal. En tercer lugar probamos unas gyozas de pollo, que estaban fuera de carta, y ¡nos encantararon! Iban aderezadas con una salsa de guayaba que le aportaba un estilo fresco y distinto. Por último, nos decantamos por una ensaladilla de mariscos. También, buenísima.

Y… ¿cómo no? No podía faltar un postre para cerrar nuestra comida dominical. Nos guiamos por la recomendación del mesero y acertamos de pleno. Una torrija con helado de vainilla que, simplemente, fue espectacular.

La cuenta fue de 41 euros y el servicio fue rápido y eficiente.

Así que si andas por el centro de Sevilla, no dudes en ir a degustar unas buenas tapas en Perro Viejo. ¡Lo recomendamos! Y recuerda el dicho…”barriga llena, corazón contento”.